Tras sucesivas reuniones entre el Ministerio de Trabajo, sindicatos y patronal no se ha logrado avanzar lo suficiente para alcanzar un acuerdo en la implantación de la reducción de jornada de una forma consensuada.
Desde el comienzo de las negociaciones se han llevado a cabo diferentes propuestas entre las partes que no han terminado de fructificar, tales como ampliar las horas extraordinarias para compensar la reducción de la jornada o el establecimiento de bonificaciones para las nuevas contrataciones indefinidas que se generen como consecuencia de la reducción de jornada, del mismo modo, la patronal, a lo largo de las negociaciones ha mostrado su preocupación y las dificultades de poder implantar la reducción de jornada en determinados sectores como el comercio o la hostelería.
En el borrador del proyecto de ley enviado a los agentes sociales se incluyó una aplicación progresiva de la reducción de la jornada laboral, pasando de las 40 horas actuales a las 38,5 horas para el año 2024, y a 37,5 horas semanales desde el 1 de enero de 2025, si bien, todo parece indicar que por falta de tiempo la reducción a 38,5 horas ya no se produzca hasta el 2025 y a 37,5 horas a partir de 2026.
Asimismo, en el anteproyecto de ley se incluyó una reforma del registro horario al objeto de poder evitar el falseamiento de los registros, así como un endurecimiento de las sanciones a las empresas en materia de jornada de trabajo, cuestiones que no son baladíes y a las que también habrá que prestar atención.
Las partes volverán a reunirse el 11 de octubre, habrá que estar a la expectativa en las próximas fechas para determinar el devenir de esta cuestión que tanto está dando que hablar en el mundo sociolaboral, si bien, no se debe de descartar una negativa al acuerdo por parte de la patronal que daría lugar a que la norma sea aprobada por el ejecutivo, que, ante su determinación, cuente solo con el apoyo de los sindicatos.